en Interesantísima

Libro «Fútbol y matemáticas» de David Sumpter

Libro muy curioso, ameno y bonito. Se lee fácil aunque no te interesen las matemáticas.

Especial mención al capítulo 2: «Cómo el moho del cieno construyó Barcelona», que empieza así:

«La teoría de mi padre sobre el fútbol es muy sencilla: en el fútbol se trata de aprovechar las oportunidades y no cometer errores. Desde su punto de vista, el balón va pasando entre los jugadores, adelante y atrás; a veces cerca de una portería, a veces cerca de la otra. De vez en cuando aparece una oportunidad. Un delantero está en buena posición y un centrocampista del mismo equipo tiene el balón. Un pase atraviesa la defensa, que estaba echándose una siestecita. El delantero consigue controlarlo y lo pone donde no lo puede alcanzar el portero. Después se vuelve a sacar de centro y todo el proceso empieza de nuevo».

Aquí se habla del teselado tiquitaca, grafos y puentes de Königsberg.

En el capítulo 6: «Tres puntos para el entrenador con pájaros en la cabeza» se desvela cómo ha cambiado la regla de los tres puntos por victoria el mundo del fútbol: «un sistema de dos puntos no ofrece ningún incentivo por ganar. […] Con el sistema de tres puntos si tú atacas puedes esperar 1.16 puntos, que es más de los 1.08 que puedes esperar por defender». O sea, que hay que SALIR A ATACAR, demostrado matemáticamente.

Y ya de paso aporto aquí mi vieja reivindicación: el empate a cero inicial NO DEBERÍA dar ningún punto, sea como sea y aunque incitase a la suspicacia: ningún equipo debería salir con un punto ganado sin haber jugado aún.

Los equipos que son más que la suma de sus partes son desproporcionadamente más fuertes cuando todo el mundo está comprometido, pero también son desproporcionadamente más débiles cuando sus partes empiezan a fallar.

El movimiento coordinado es la clave de una buena defensa.

El trabajo en equipo consiste en seguir a los que tienes más cerca. […] Los pájaros que se convierten en líderes son los que vuelan más rápido cuando están solos.

Eficiencia: solo un defensa se debe acercar al jugador con el balón y los otros deben bloquear todas las líneas de pase.

La defensa en profundidad se centra en la estabilidad; la contra-defensa, en el dinamismo.

Creía que la última parte dedicada a las matemáticas de las apuestas deportivas (se entiende porque el escritor es británico) no me iba a interesar, pero, la verdad, es que está muy bien.

En muchas tareas, los grupos grandes de no especialistas pueden ser más listos que un grupo más pequeño de especialistas.[…] Es esta entidad individual, la multitud sabia, a la que debes vencer para ganar en las apuestas. […] En cuanto el corredor tenga su equilibrio mitad y mitad, entonces sea cual sea el resultado obtendrá un beneficio. […] Los corredores de apuestas utilizan la sabiduría colectiva de la multitud para establecer sus marcas y, por muy listo que seas, no puedes entrar con la rapidez suficiente para convertir el conocimiento en dinero. […] No se puede contar siempre con la multitud para predecir el futuro. […] Extraer la media de suposiciones aleatorias no puede resolver un problema para el que se necesita un razonamiento especializado. […] La mediana es el punto en el que los corredores deben fijar su marca porque les garantiza un beneficio.

Te lo resumo: que la banca siempre gana.

Como dice Bielsa y corrobora matemáticamente Sumpter: «El nivel de posesión no es proporcional a la capacidad para marcar goles. Los disparos son mejores para predecir el resultado que la posesión» y «la expectativa de goles ofrece un indicador de actuación mucho más útil para partidos futuros que los goles realmente marcados», «un montón de pases con éxito en los partidos anteriores, vencieran o no en esos partidos, hace más probable la victoria en el siguiente partido».

Demuestra pasión por el fútbol, como la que se puede ver en «Fever Pitch» (la de 1997) basada en el libro de Nick Hornby: